Mejores inversiones ante la inflación
El deseo por cambiar de casa entre los ciudadanos se consolida en niveles muy altos. Los motivos que animan a este cambio son muy variopintos, pero entre los principales comienza a despuntar la compra por inversión.
El ahorro acumulado se ha encontrado con un escenario de incertidumbre económica y un contexto de alta inflación, lo que ha situado al sector inmobiliario como un valor refugio y como una inversión de protección frente a la subida de los precios.
España es un país con una tradición histórica de propietarios, en donde la vivienda es uno de los principales activos a través de los cuales canalizan sus ahorros los particulares. Según datos del Banco de España, el patrimonio inmobiliario de los hogares se sitúa hoy en 5,78 billones de euros aproximadamente.
Sin embargo, en medio de un escenario de incertidumbre como el actual, marcado por un creciente nivel de inflación, precios elevados de la energía, un conflicto bélico como el de Rusia y Ucrania y posibles aumentos de los tipos de interés en los próximos meses, es normal preguntarse si la vivienda sigue siendo una buena opción para invertir o si conviene esperar.
Para ello, vamos a explicar qué es un valor refugio y su importancia para mantener a salvo nuestros ahorros.
¿Cuándo se vuelve vital un valor refugio?
Dado que el valor refugio es el que nos permite proteger nuestro patrimonio de las fluctuaciones del mercado, se vuelve particularmente importante cuando se generan las siguientes situaciones:
- Recesión
- Inflación
- Fuerte tendencia de los inversores a refugiarse en un determinado valor.
¿Por qué la vivienda como valor, refugio y no otros activos?
La propiedad inmobiliaria se ha posicionado como el activo favorito debido a que otros valores tradicionales, tal como lo es el financiero, se encuentran atravesando un momento de alta volatilidad, que ya no resulta confiable si lo que buscamos es preservar el valor de nuestros activos.
En cambio, la vivienda como inversión es capaz de absorber el impacto de la inflación y envolverla como si de una ola se tratase. Además de situarse como un valor refugio en su calidad de vivienda habitual.
Es decir, entre adquirir un bono a diez años, el cual nos daría una rentabilidad aproximada de un 1,5% y comprar una vivienda para alquilar, claramente nos resultará mucho más conveniente, esta última opción. Y precisamente a ello es a lo que nos referimos cuando hablamos de valor refugio.
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